En un mundo de producción masiva, en 65 Grados elegimos con intención.
Cada pieza que ofrecemos ha sido buscada con cuidado, filtrada con criterio y aprobada por lo más importante: nuestra experiencia al fuego.
Nuestras sartenes de hierro fundido no llegaron por casualidad. Pasaron por nuestras manos, por nuestra mirada, y por los mismos fuegos con los que cocinamos día a día. Las elegimos con el cariño de quien quiere darte lo mejor.
Las seleccionamos porque cumplen con lo que consideramos indispensable:
– Un peso equilibrado, firme pero cómodo de manejar
– Un acabado interior liso y funcional
– Excelente retención del calor
– Una estética sobria que se luce dentro y fuera de la cocina
– Y sobre todo, durabilidad: están hechas para quedarse
No es cualquier sartén. Estas sartenes fueron elegidas por nosotros y esa diferencia se nota: en la confianza, en el uso y en la historia que vas a cocinar con ellas.
Porque la diferencia entre una sartén cualquiera y una de 65 Grados no está solo en el metal.
Está en la intención con la que llega a tu mesa.
